jueves, 5 de septiembre de 2013

Sentencias de Simónide de Céos

Siendo humano, jamás digas qué va a pasar mañana,
ni, al ver a alguien dichoso, cuánto tiempo lo será.
Porque ni el vuelo de una mosca de finas alas
es tan rápido [como el cambio de fortuna].
Pues ni siquiera aquellos que antes hubo
y fueron héroes, hijos de los dioses
soberanos, a su vejez llegaron
viviendo sin pesar, sin riesgo ni ruina.
El humo es vano y el oro no se mancha,
pero es en todo la verdad victoriosa.
Mas a pocos les dio un dios la virtud
hasta el fin. Que no es fácil ser noble.
Porque a uno, a su pesar, le domina
la codicia invencible o el aguijón
poderoso de la taimada Afrodita,
y las rivalidades muy impetuosas.
Quien no pueda a lo largo de toda la vida
avanzar por un impecable sendero,
bastará con que sea, en lo posible, bueno.
Hay un cierto relato que cuenta
que la Virtud habita sobre rocas de difícil acceso,
donde la acompaña un santo coro de ninfas.
No es tampoco accesible a las miradas
de todos los mortales, sino sólo a quien
le brota dentro el sudor de un ánimo esforzado,
y llega a la cumbre del valor.
Y bien, sin el placer, ¿qué vida humana
es deseable, o qué clase de poder?
Sin él, hasta la existencia de los dioses
dejaría de parecemos envidiable.
Traducción de: http://www.nuevarevista.net/articulos/la-sabiduria-proverbial-de-la-grecia-arcaica

Recitado y cantado por Kleber Kosta

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